Tratamiento

Para tratar esta infección bacteriana se utilizan antibióticos, aunque esto no curarán los daños permanentes causados por dicha enfermedad. La clamidia que no recibe tratamiento podría provocar daño permanente a su sistema reproductivo (ovarios, útero, trompas de falopio), dolor crónico o dificultad para quedar embarazada. También podría provocar un embarazo ectópico (embarazo fuera del útero).
Un ejemplo de los antibióticos diagnosticados es la azitromicina, la cual se prefiere debido a que se administra a dosis única, a diferencia de otros medicamentos que requieren múltiples dosis durante 7 días.
Estos regímenes no tratan la gonorrea de manera fiable, pero esta infección coexiste con clamidia en muchos individuos. Por lo tanto, el tratamiento debe incluir dosis de otros fármacos como la ceftriaxona, si no se ha excluído la gonorrea.
También deben recibir tratamiento los compañeros sexuales actuales. Los pacientes deben abstenerse de mantener relaciones sexuales hasta que ellos y sus parejas hayan completado el tratamiento hace una semana por lo menos.
Dado que las infecciones por clamidia pueden provocar consecuencias graves a largo plazo en las mujeres, incluso aunque los síntomas sean leves o nulos se considera fundamental la detección de la infección y su tratamiento en la paciente y sus parejas sexuales.
Es común volver a contraer la infección, por lo que debe hacerse la prueba de nuevo unos tres meses después de finalizar el tratamiento.

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